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Tal como lo prometí, en adelante publicaré las fotografías, que más resalten, nuestras actividades de los Fotopaseos. He descubierto, a través de los participantes, un mundo muy variado de experiencias y temas fotográficos con cada práctica.
La dinámica de los grupos, el ojo fotográfico de cada participante, el clima, la luz y el tiempo en el que trabajamos los temas, cambia de grupo a grupo. No hay un momento sin sorpresas, y esto es lo que hace, de trabajar la fotografía en un lugar por un tiempo sostenido, un reto maravilloso a la creatividad y en contra del tedio.
La magia de la luz empezó nuestra experiencia de unificar varias técnicas para una sola imágen. En "Reflejos de Nuestras Imágenes" se dio justamente eso y se integraron las ventanas de un refugio, el entorno del bosque y la imagen de los participantes con la técnica de encuadrar para resaltar efectos.
Juntar varias técnicas para una sola foto nos permitió jugar con la luz natural en forma creativa y utilizar los puntos fuertes, la líneas maestras, luz norte, retrato y paisaje moviéndonos físicamente para lograr los objetivos. Todos los participantes fuimos fotógrafos y modelos, lo que hizo divertida la actividad y le permitió a gente, que nunca se había visto antes, a compartir ideas, criterios y experiencias.
Cada uno de los integrantes se convirtió en un reto fotográfico y permitó ver como, con solo cambiar de persona y posiciones teníamos que realizar ajustes para lograr los objetivos.
Como fotógrafos entendimos el reto que es fotografiar y manejar a personas desconocidas. Como hacer que expusieran emociones para lograr diferentes imágenes de la misma persona, en fin, no hay como aprender divirtiéndose.
Documentamos eventos de la naturaleza tales como el hacerle fotos a un nido de colibrí, que había sido atacado por algún animal desconocido. Esto nos dio tiempo de aprender como, con solo documentar con fotos, donde y como era el nido, convertía las fotos como herramientas y prueba de eventos que ocurren en el Bosque de la Virgen para asegurar su protección.
Aún cuando la falta de disponibilidad de los lentes macro era aparente, las cámaras compactas, con modos multi uso le permitieron, a los que las tenían, fotografiar elementos del bosque que pocos fotógrafos tenían sus ojos adaptados a ver. El enseñar a otros a ver objetivos fotográficos a los que no están acostumbrados a fotografiar, hacen del paseo por el bosque un momento muy interesante.
Los particpantes que se quedaron después de almuerzo, compartieron hasta la hora de cierre, propuestas fotográficas, que me hicieron ejercitar modos que a veces trabajo de forma inconsciente. Es por esto, que el lema que me enviaron en forma anónima "Si te atreves a enseñar, mejor nunca pares de aprender" me lo estoy tomando muy a pecho y espero que esto contagie a otros hacer lo mismo.
A todos lo que participaron: Gracias por confiarme parte de su tiempo, visión fotográfica y paciencia, haciendo un domingo cualquiera un día muy especial.
Espero sus fotos para montarlas en este artículo.
Reciban un fraternal abrazo.
Leopoldo García Berrizbeitia
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