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En ocasiones nos encontramos con retos que nos sacan de nuestras actividades fotográficas y de pronto, tenemos que resolver, un todo en uno, que nos obliga a unir varias técnicas que no utilizamos habitualmente para realizar un trabajo. Estos retos lejos de ser un inconveniente pueden convertirse en oportunidades de aprendizaje que enriquecen al fotógrafo.
Esta presentación reunió los siguientes retos: La fotografía de productos, retratos y fotografía en exteriores en una sola actividad. El reto era realizar una serie de fotografías, en un set natural, para promover a los artistas de la Fundación Latinoamericana de Arte quienes intervinieron la famosa silueta de una guitarra eléctrica con diferentes temas para una exposición en el Hard Rock Café de Caracas. Cada uno tenía que asociar al Rock N' Roll con su pieza.
La guitarra de Esperanza Fernandez, titulada HASTA LOS HUESOS, ha movido a más de uno, y la foto de su guitarra sobre las trinitarias rojas pudiera ser la cubierta de un long play / LP del famoso grupo The Greatful Dead. Es con está imagen se empieza esta entrega, ya que tuvo muchos dedos arriba en las redes sociales y hay que complacer a la audiencia.
La localidad fue Jardines Ecológicos Topotepuy, un jardín botánico privado, que queda en los suburbios de Caracas, Venezuela. JET, como se le dice para abreviar, ayuda a organizaciones sin fines de lucro a promover su labor. Como su fotógrafo, tenía la tarea de buscar la manera para unir el arte con la naturaleza y al jardín y sus bosques, con los artistas.
El horario escogido fue entre las 10:00 y las 14:00 que es cuando la luz en exteriores está muy fuerte. Para resolver necesitabamos trabajar en lugares con luz difusa, sombras tenues y parejas, sitios sin grandes contrastes y había que unir naturaleza, artistas y su arte en un solo cuadro.
La paleta de colores de Topotepuy es TROPICAL, allí la exuberancia de la vegetación y la intencidad de tonalidades que puede presentarse es infinita, así que tres fotógrafos participamos en el evento. Uno para retratar a los artistas con sus intervenciones de las guitarras, otro para documentar los tras escenarios y a mi me tocó la tarea de unificar la naturaleza con el arte.
El trabajo fotográfico debía cuidar los intereses de dos marcas, la de Jardines Ecológicos Topotepuy y la del fotógrafo. El estar trabajando en fotografía de la naturaleza de este sitio, desde el 2005, hizo fácil anticipar muchas cosas. La más importante de todas, para cualquier fotógrafo, es CONOCE TU LUGAR DE TRABAJO. No se requería de una pre-gira, ya conocía el comportamiento de la luz, la estacionalidad de los eventos florísticos y donde buscar el fondo necesario para las imágenes. Como cada artísta plástico es una marca, para cada uno de ellos, su trabajo personal requiere la misma atención que la de sus colegas. Y para el fotógrafo, separar a los individuos del colectivo, tiene mucho sentido. Lo más importante fue preguntarle a cada artista que los movía emocionalmente, y consecuentemente, pedirles caminar conmigo por el jardín para que escogieran donde querían que se les hicera la foto, esto fue el mayor reto de todos y un gran aprendizaje.
La primera voluntaria fue Sandra Ballesteros con una muestra artística que combinaba la orfebrería y la pintura en una misma expresión. La naturaleza es eso y más, todas las piezas encajan perfectamente en una red de relaciones y al mismo tiempo, cada una tiene su propio significado. Sentarse en contemplación en un solo lugar de Topotepuy nos permite captar esto y verlo frente a nosotros. Esta en manos del fotógrafo, enlazar con imágenes una historia, y al tratarse de varios mundos personificados en cada artista, el reto es maravilloso.
Hay una cosa que todo comeflor que se respete comparte... el amor por la naturaleza, la música y el arte. Aquí había artistas que enamorados de su arte relacionados con el rock desde la época de Elvis hasta Soda Stereo. La disparidad de edades no importa, en fin, ROCK es ROCK y este género musical viaja con el tiempo. Todo rockero sabe que nos debemos a la naturaleza y es nuestro trabajo y obligación custodiarla para las futuras generaciones. Por eso cuando cada artista escogió su lugar, por la "VIBRA" del mismo, la fotó escenificó un momento muy especial de sus vidas, un escenario propio. Y al mismo tiempo, los artistas incógnitos del jardín estában siendo elogiados por los que visitan su obra. Encontré que dejarle la búsqueda de su escenario a cada artista lo hacía sentir más cómodos y hasta contentos de los logros de cada imagen lograda.
J. Eliecer Rodríguez puso en Sabor y Rock a los productos de la madre naturaleza y en Topotepuy el bosque nublado le sirvió de fondo para armonizar su fotografía. El desarrollo vertical de los árboles, lianas y trepadoras, junto a la presencia de inunmerables bromelias, orquídeas y helechos ocupan la selva desde el suelo hasta la copa de los árboles y es esta particulariedad la que hace evidente la enorme biodiversidad que ocurre en los bosques nublados tropicales.
María Teresa Trombetta ubicó un corazón en el centro de su guitarra y cuando escogió a un helecho arborescente, como su compañero para la fotografía, es como si estar sentada junto a una planta, que apareció sobre la tierra, hace aproximadamente 360 millones de años, fuera el motivo que la movió a escoger el lugar. El periodo del Carbonífero fue uno de los que contribuyó a que apareciera el carbón mineral sobre el planeta. Y es este mineral el que permitió al hombre utilizar la energía no renovable, que al fin, promovió la Revolución Industrial. Los cauchos son producto de esa revolución. Estos vienen de hidrocarburos y como desecho, tardan muchísimo tiempo en degradarse. Así que una alternativa para ponerlos en uso es utilizarlos como fundaciones o lugares de cultivo. Del Carbonífero hasta ahora la vida a cambiado enormemente sobre la tierra y fue el corazón en la guitarra de María Teresa lo que permitió, esta aparente reunión de imágenes tan opuestas.
MIRÁNDOTE es el nombre de la pieza de Blanca Bruno, quien hizo el viaje desde Guarico, para hacerse las fotos y correr de vuelta para los llanos, ya que su hija, defendía su tesis doctoral el mismo día. Ella nos posó bajo la sombra de las Tibouchinas Moradas, que este año prolongaron su tiempo de florecer. Estamos en los meses de mayor floracion en Topotepuy y no es raro que nos visiten todo tipo artistas plásticos para plasmar sus colores en sus lienzos.
La guitarra de Enrique Rojas pegaba con todo, su fondo blanco y gran cantidad de colores la hacian formar parte de cuanta exhibición pusimos en el jardín. Sin embargo, la selva y su exuberancia fue lo que le hizo escoger su escenario. La fronda de un helecho que empieza a abrirse la llaman cuello de violín y así la naturaleza y Enrique unificaron una interpretación de instrumentos de cuerda.
Orlando Noblot
La guitarra rosada ejemplariza la femeninidad y Orlando le dedicó a la mujer su obra. Las líneas contorneadas de las guitarra han motivado a muchos músicos a darle nombre de mujer a sus guitarras. BB King rescato su guitarra de un incendio donde murieron varias personas. Cuando supo que el siniestro ocurrió por una pelea por una mujer, le puso a su guitarra el nombre de ésta...Lucille, ahora esta es una guitarra lengendaria. La esposa de Steve Ray Vaughman (Lennora) le regaló una guitarra y el la bautizó con su diminutivo Lenny. Al frente de la guitarra están los símbolos de la paz y el rock. Atrás, la imagen de la espalda desnuda de una mujer y el símbolo universal del lazo rosado que adoptaron para promover la conciencia del cancer de mama, cierra una historia sujeta a un sin fin de interpretaciones.
Marielina Obando
Debo confesar que la guitarra de Marielina rota en tres pedasos me desconcertó. En principio me causó tristeza, hasta que en la foto final del grupo, Marielina, siguiendo los pasos de Pete Townsend (The Who), Jimmy Hendrix, Jeff Beck, Paul Stanley (Kizz) hizo el movimiento de romper la guitarra al final del concierto, que me pareció genial. De allí la pregunta cuanto pagarías por un pedazo de la guitarra de uno de los rockeros antes mencionados, cuanto le costaría a el comprarse una nueva para romperla en el próximo concierto. Bueno, vive y aprende. La moraleja es que no creas que lo que ves es exactamente lo que debes interpretar. ¿Será mejor? hacer CLICK a ciegas o es mejor preguntarle al artista el por que de su obra. LECCIÓN aprendida.
!Marielina estaba consternada por que se habia acabado el concierto!
Diana Nassif
Un camino una foto. Diana quería su foto en un grupo de Riquiriquis (Heliconias), pero la luz y la topografía no estaban ayudando. Mientras buscabamos EL SITIO llegamos cerca de la gruta de la Virgen Milagrosa, la patrona del bosque que lleva su nombre. Diana se confesó Mariana y la dejamos que pasara un rato sola con la patrona de Topotepuy. Tomamos una sola foto y hasta allí llegó la sección. Entender que nuestros objetivos pueden necesitar un momento solos es muy importante, ya que el estado de animo de las personas debe presentarse adecuado al tema en que se trabaja.
Daniel nos presentó su pieza en el palmetum de Topotepuy
era casi la hora de salida y la luz nos obligaba a buscar una solución. El buen humor de Daniel, contribuyó a bajar la tensión y logramos una toma sencilla que cubría las necesidades del tema. Es por esto que he acompañado su foto con el jardín oriental y la Flor de Jade Verde que son dos lugares muy especiales en Topotepuy.
David Silva y Freddy Adhonay Simoza
Davis y Freddy no habian intervenido guitarras pero si tenían piezas en la exposición. Había que cubrir a todo el grupo.
David era el otro artista joven del grupo, venía del sur de Venezuela y sus aventuras en las selvas de la Paragua lo ubicaban de forma muy natural al entorno selvático. Encontrar un lugar que le fuera de gusto no fué difícil y se ubicó entre las Calatheas como si hubiese vivido toda su vida en ellas. Freddy posó detras de una de las poncheras que albergan a nenúfares en el jardín de rosas, si quieren ver las obras de estos artistas, visiten al Hard Rock Café de Caracas, ubicado en el Centro Comercial El Sambil, desde el primero hasta el tres de Julio.
Para la despedida se presentó todo el grupo al fondo se podía ver todo el Valle de Caracas, fuen un buen momento para decir hasta luego y fue así como finalizó la sesión de fotografía y el encuentro entre artistas y la naturaleza. Quiero darle las gracias a todos los artistas, a la Fundación Latinoamericana de Arte y a nuestro anfitrión Jardines Ecológicos Topotepuy por todo su apoyo para lograr estas imágenes.