Sunday, February 9, 2014

LA PENÍNSULA DE VALDÉS - ARGENTINA - TEXTOS Y FOTOS POR LILIA ACEVEY




NOTA DEL EDITOR: Permítanme presentarles a Lilia Acevey, porteña de corazón, profesora de matemáticas y amante de la fotografía de la naturaleza. Ella nos entrega la crónica de su viaje a la Península de Valdés, un lugar, que muchos hemos visto por televisión, donde lo salvaje de la región se destaca entre el Altántico Sur y una tierra, que a pesar de ser castigada por la inclemencia del clima austral, esta llena de vida y paisajes agrestes. Allí comparten una fauna maravillosa como guanacos, ñandus, maras junto a ballenas francas, lobos de mar, y orcas  un paisaje único, esta gigantesca reserva de vida silvestre fue declarada por la UNESCO, Patrimonio Natural de la Humanidad. Los dejo con Lilia, nuestra segunda cronista y fotógrafa internacional, que se unió a los amantes aventureros de la naturaleza para  regalarnos su experiencia en la Península de Valdés.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA:

Para los que no tenemos el privilegio de explorar el destino, el uso de las imágenes satelitales de Google Earth nos permiten ubicar este pequeño gran lugar del mundo donde Lilia tuvo su gira en la naturaleza.


 

Aún cuando nos parezca un espacio enorme, en realidad es bastante pequeño con respecto a resto de la tierra, y que por una razón es  especial para ser escogido por lobos marinos, ballenas francas y orcas para parir y criar a sus pequeños, me resulta maravilloso.


Cada quien tiene su lugar favorito sobre el planeta y usualmente, es la naturaleza misma del lugar lo que nos ata a él. Pero que este sitio reuna todo lo necesario para que ciertos animales y plantas subsistan y que todos lo escojan por reunir todas las condiciones para vivir en  él  generación tras generación, es algo que nos cuesta dimensionar. Me da mucha alegría, que Lilia nos ayude a ver esta geografía a través de sus ojos e imágenes. No importa lo pequeño que aparente ser un lugar sobre el planeta, si cuando lo visitamos su grandeza se nos hace sobrecogedora...

CRONICA: Hola, me llamo Lilia. Soy argentina (porteña, para más detalles) y me gustaría contarles un poco de algunos lugares de mi hermosa tierra, tan variada, en sus paisajes y climas, dada su extensión, que es casi de 4.000 kilómetros de norte a sur y 1,400 de este a oeste. Así, al irla conociendo, quieran venir a visitarla y verán que serán bienvenidos.

Esta vez, quiero que conozcan algo, de lo mucho que ofrece la Península de Valdes, situada en la patagónica provincia de Chubut y que es uno de los lugares que amo, especialmente, a pesar de su aridez y fuertes  vientos que, si nos toman desprevenidos, nos pueden jugar una mala pasada, en ciertas épocas del año...


Así, fascinante, variada y distinta impacta al visitante que se anima a recorrer tanta distancia para llegar a ella. Que increible es el color del mar, que va variando según pasan las horas o con los cambios del color del cielo y que contrasta con los acantilados que llegan a su borde. Desde alli podrán ver amaneceres o atardeceres donde la paleta del supremo pintor, plasma sus tonos mágicos.


La Península de Valdés se encuentra entre una de las áreas protegidas más grandes del mundo, Su extensión es de unos 4.000 kilómetros cuadrados, con más de 250 kilómetros de costas con playas de arena o canto rodado. En ella viven una gran concentración de fauna y además es reconocida mundialmente, por la posibilidad de avistar a ese magnífico mamífero, que es, la Ballena Franca Austral. Pero al ser Reserva Provincial, hay actividades varias, siendo la principal, la cría de ganado ovino, en las estancias de la península, que desde 1999, fue nombrada Patrimonio Natural de la Humanidad, por la UNESCO.

La península está unida al continente por el istmo Carlos Ameghino y en esa misma zona hay un Centro de interpretación, donde los visitantes pueden informarse acerca de las especies que se verán y donde ubicarlas. A 5 kilómetros de allí, esta Isla de los Pájaros, centro de reproducción de varias especies de aves (¡Llevar largavistas!). Siguiendo el camino se llega a Puerto Pirámide (llamado así por la formación que, desde el mar, se ve al llegar a la costa), donde el panorama que se presenta al viajero al llegar es absolutamente maravilloso.

La primera sorpresa, como ya dije, es el color del mar, que va cambiando según las horas y el color del cielo, entre asombrosos azules, verdes, esmeraldas, grises... Este es el único lugar de la península que tiene todo tipo de servicios para alojarse (campings, hostels, etc), operadores para excursiones y lugares para comer.


Allí, se pueden encargar distintos tipos de paseos, y excursiones: caminatas, cabalgatas por sus extensas playas durante las mareas bajas, navegación para el avistaje de distinta fauna marina, según la época del año, buceo con lobos marinos, paseos en bicicletas por la zona de médanos y también se pueden practicar distintos deportes en las increibles aguas transparentes de la región.


Para avistaje, un párrafo aparte debe ser el de la Ballena Franca Austral (Eubalena australis). Esta migra a las aguas de la península entre los meses de Mayo y Diciembre, pues en esta zona y en otras cercanas, vienen a parir. El espectáculo de ellas pasando por debajo de la embarcación, asomándose a pocos centímetros de uno o despidiéndose con la cola levantada, hace que todo lo que se ha tenido que viajar para verlas, esté sobradamente recompensado.


En el lugar, las mareas son de mucha amplitud, por lo que hay que informarse sobre los cambios de las mismas, antes de emprender un paseo por la playa. Los horarios de los cambios de marea se le deben preguntar a los guardaparques (¡puede quedarse encerrado en dos metros de playa sin poder salir...!)

Cerca hay una LOBERÍA o colonia de lobos marinos que se le puede acceder navegando, caminando o en algún vehículo. Junto a ella anidan Cormoranes, Gaviotas y Ostreros, etc.

LA LOBERÍA

Punta Norte es el centro de reproducción de Lobos Marinos: Se puede ver a los machos peleando por la posesión de las hembras. Crías recien nacidas, tratando de esquivar el ser aplastadas por los adultos en el fragor del apareo. También se pueden ver gaviotas y petreles disputandose los restos de las placentas en la época de parición. Con la marea alta, es probable divisar a alguna implacable Orca, esperando alcanzar a alguno de los pequeños lobitos que están aprendiendo a nadar cerca de la costa. Punta Cantor es un lugar donde hay Elefantes Marinos (Mirounga leonina) de mayor tamaño que los antes citados.

Tres machos adultos de lobos marinos con sus respectivas hembras

Petreles y gaviotas alimentandose de la placenta de los lobos marinos


Lobo Marino macho cortejando a las hembras de su harén.

Las caminatas por las bardas deparan vistas maravillosas de todo el Golfo Nuevo,y, si se espera al atardecer, ahí los incomparables ocasos son en el mar (dada a la peculiar forma, y ubicación del pueblo...) cosa que no ocurre en el resto de la costa argentina.

Por la playa, se puede acceder, con la baja marea, a cuevas ( que luego la marea ocultará), a otras playas pequeñas, o se pueden apreciar las restingas (arena petrificada, que se asoma formando islotes) de caprichosas formas, talladas por las aguas en su eterno ascenso y descenso ocasionado por las mareas. Estas guardan entre ellas miles de pequeños animalillos propios del mar. Todo eso acompañado del vuelo impecable de las Gaviotas Cocineras y otras aves del lugar. 

 Las Restingas
Piscina de mareas

Para ver y disfrutar la impresionante variedad de fauna de la península, nada como tomar un vehículo, y cruzándola, ir a tres puntos muy especiales: Punta Cantor, Caleta Valdés y Punta Norte, pues durante el trayecto, es más probable encontrar grupos de guanacos (Lama guanicoe), Ñandúes (Rhea americana) y Suris (Rhea pennata), ambos parientes americanos de la Avestruz africana, Zorros, Cuises (Microcavia australis), Maras o liebres Patagónicas, Mulitas o Pichis pequeños armadillos propios de estas tierras, Martinetas y una gran variedad de aves.

Ñandú (Rhea americana)

Si vislumbra un Relincho (como se le llama al macho vigilante y  guía de las manadas de guanacos), se sabrá, que allí cerca está el resto del grupo, con hembras y chulengos (crías) incluidos, tan elegantes y gráciles al correr escapando del curioso que turbó la paz...


Caleta Valdés, punto que impacta por su belleza, tiene pigüinera. ¡Y casi al alcance de la mano se pasean estas simpáticas y elegantes aves, los Pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus)



La vida silvestre comparte con animales domésticos la península

En el centro de la península hay extensas salinas, hoy en desuso, cuya producción se sacaba de allí desde Puerto Pirámide, con unos pequeños vagones que hoy, junto con las primitivas viviendas de chapa de esos trabajadores (aún en uso hoy, con otros fines) dan un toque pintoresco al pueblo.








Geológicamente, toda la Patagonia se considera nueva: la meseta es del Precámbrico (entre 4.500 y 2.500 millones de años antes del presente) y fue cubierta totalmente por sedimentos marinos, rocas eruptivas y canto rodado. De allí el espectáculo de los fósiles que se encuentran bajo nuestros pies al recorrerla. Las pocas precipitaciones durante el año causadas por vientos fríos y secos causan la aridez extrema del lugar, La vegetación, escasa de pastos y arbustos, se adapta a un paisaje de dunas movidas por el viento, y el conjunto agreste e inhóspito de esta gran extensión de tierra, no quita que sea un lugar digno de conocer, como lo testifican viajeros ávidos de algo distinto, y la que escribe, que una y otra vez quiere regresar...

SOBRAN LAS PALABRAS...











Gracias Lilia... Espero tenerte de nuevo por aquí.


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